La subida al Castillo de Polop, en la comarca de la Marina Baja, nos adentra en una larga historia de conquistas y reconquistas. Un tejido listado a rayas anchas que emulan esta subida construida con dos pavimentos de distinto color. Las rayas, de más de doce centímetros de ancho, se acompañan a los lados de dos más finas, creando una particular simbiosis. Un clásico imperecedero, reinterpretado en telares locales.